Las listas de espera en la Ribera se alargan meses incluso en pruebas médicas preferentes

Una paciente de Carcaixent relata su preocupación al sufrir un problema de sangrado posmenopáusico y ser enviada al ginecólogo en enero sin tener todavía una cita

«Dicen que los diagnósticos precoces son muy importantes. Ya he perdido tres meses»

Dos usuarios frente a uno de los accesos del Hospital de la Ribera, en una imagen de archivo.

Dos usuarios frente a uno de los accesos del Hospital de la Ribera, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

«Hace tres meses que mi médica de cabecera me solicitó una cita preferente para ginecología y todavía no sé nada. Vivo muy preocupada». Es el testimonio de Teresa, vecina de Carcaixent de 55 años que espera desde el 31 de enero acceder a un especialista que arroje luz sobre el problema de sangrado posmenopáusico que adolece. El suyo no es un caso aislado, ya que son muchos los pacientes que soportan una demora que consideran demasiado larga y por la que se presentan numerosas quejas. Además, como ya avanzó Levante-EMV, también afecta a la atención primaria.

Teresa explica a este periódico su caso, precisamente, tras reclamar explicaciones a través de una queja formal sobre una espera que considera excesiva, a la par que preocupante. «Mi médica me atendió el 31 de enero porque tenía un problema de sangrado posmenopáusico. Es cierto que ahora mismo ha parado, pero desde entonces espero a que me llamen para darme una cita que se tramitó como preferente con un ginecólogo. No me parece normal tener que soportar esta incertidumbre», expone.

Incertidumbre

Es la incógnita lo que genera su desasosiego. Y el de muchas personas que aguardan, ante la elevada lista de espera, una prueba diagnóstica que les permita sanar sus dolencias. «No paran de decirnos la importancia que tiene la detección precoz de cualquier enfermedad y que nos sometamos a revisiones, pero a la hora de la verdad aquí estamos, sin saber qué nos puede pasar. Yo ya he perdido tres meses», añade Teresa. Esa ausencia de conocimiento se suple, muchas veces, con búsquedas por internet que son poco recomendables para las personas con hipocondría, ya que los resultados suelen ser desoladores (además de poco precisos).

Igualmente, esta vecina de Carcaixent subraya que si una médica reclama una atención preferente, «por algo será». «Yo puedo entender que preferente no es urgente, pero tampoco es una solicitud ordinaria. Además, si el cuerpo nos da señales es porque sucede algo que no es normal», reflexiona. Asimismo, hace especial hincapié en que la asociación del Defensor del Paciente sitúa en un periodo de entre siete y quince días el plazo en el que se debe dar curso a una cita preferente. Es más, el Real Decreto 605/2003, de 23 de mayo, por el que se establecen medidas para el tratamiento homogéneo de la información sobre las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud considera como preferente «aquella solicitud que debe realizarse en un periodo máximo de 15 días». Un tiempo de espera mucho menor a los tres meses que preocupan a la afectada o el periodo que soportan no pocos pacientes.

Normalización

El caso de Teresa no es único, pero ejemplifica la tardanza con la que se atienden las necesidades médicas de la población. Este rotativo ya reflejó, esta misma semana, que la atención primaria acumula demoras que alcanzan hasta un mes para ser atendido por el médico de cabecera. Si bien fuentes sanitarias lo atribuyeron a situaciones puntuales, también reconocieron las dificultades que existen para reforzar las plantillas cuando existen vacantes.

«Esta no es la espera más larga que tengo. Para una resonancia por una hernia discal que no se considera muy grave ya me han dicho que tardaré entre nueve y diez meses. Todos entendemos que hay situaciones más prioritarias que otras cuando hablamos de sanidad, pero estamos viendo como normales retrasos que no deberían serlo. Se han de habilitar los medios necesarios para evitarlo y los pacientes tenemos que protestas ante cualquier situación que nos parezca injusta», concluye.

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